miércoles, 23 de septiembre de 2009

Esas dulces palomitas


Cuántas veces hemos estado sentados en alguna plaza y hemos visto como mucha gente alimenta a decenas de palomas que se arremolinan desesperadas en busca de migajas de pan o galletitas? Ver este cuadro en cualquier plaza o parque de la Argentina o de cualquier otro país, es casi tan normal como observar a la gente sacando a pasear a sus perros o a los niños jugando a la pelota.

Por eso es muy difícil creer que hoy en día las palomas sean consideradas una plaga en la mayoría de las ciudades del planeta. La paloma bravía o doméstica es la especie más conocida de las 300 variedades que existen en el mundo. Las palomas rápidamente se han habituado a vivir en los grandes centros urbanos, utilizando la disposición arquitectónica de los edificios para anidar. Como las palomas siempre vuelven al lugar donde nacieron, y son aves sedentarias y residentes, se hace complicado ahuyentarlas. Esto sumado a la falta de depredadores naturales que controlen la cantidad de individuos, las sobras de comida que les permiten alimentarse con facilidad, y al hecho de que tienen una rápida reproducción (algunos estudios aseguran que llegan a duplicar su cantidad anualmente), hace que las palomas proliferen en la ciudad y se hayan convertido en una de las plagas urbanas más problemáticas.

En su plumaje hospedan garrapatas, chinches, piojos, vinchucas, pulgas y otras tantas clases de ectoparásitos que se pueden trasmitir a mascotas y a humanos, y son perjudiciales para la salud. A través de sus excrementos se trasladan hongos, bacterias y parásitos, que contaminan el ambiente. Son de las enfermedades más conocidas la “histoplasmosis pulmonar”, la “criptococosis”, “salmonelosis” y la “psitacosis” (causa fatiga, fiebre y dolor de cabeza, y se trata con antibióticos comunes); todas ellas se trasmiten por contacto directo, o al secarse las heces y ser transportadas por el aire, la gente llega a inhalar un polvo microscópico que es suficiente para provocar trastornos y producir el contagio.

Creo que esta información es muy importante conocerla dado que uno suele llevar a los niños para que vean las palomas, las alimenten e incluso las toquen por desconocer los peligros que pueden acarrear, yo misma tengo fotos con todos mis hijos en las plazas rodeados de paloma.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Carteles curiosos

Quien escribió el cartel no sabe multiplicar.
Justo, se nota que la gente obedece




Este cartel se encuentra en el pueblo de Putagan, cerca de Linares Chile.